Esquema de Filosofía de la Naturaleza I


El libro es un tanto circular, porque adelanta conceptos que se explicarán en profundidad más adelante, haciendo que se vuelva una y otra vez sobre los mismos argumentos. Trato de explicar cuál sería el desarrollo lineal de la materia.
El capítulo introductorio comienza explicando lo que es la naturaleza (argumento sobre el que se volverá). Luego explica la relación entre FN y Ciencias experimentales y la reacción entre FN y las demás ramas de la filosofía. Sigue con un pequeño desarrollo histórico.
Después de eso, pasa a explicar qué se entiende por naturaleza para focalizar el objeto de estudio de la materia (objeto material) y explica que es el entrelazamiento de las estructuras espacio-temporales con el dinamismo propio. Una vez aclarado qué se entiende por natural, se excluye lo que no es natural.
El capítulo segundo habla de lo natural en concreto: las entidades donde se da ese carácter natural, ese entrelazamiento… La experiencia nos muestra dos tipos de realidades: a. sistemas unitarios: hay entidades donde se da ese entrelazamiento que forman una unidad, de modo que se puede decir que estamos frente a un individuo. b. sistemas no unitarios: pero vemos q no todo lo natural se reduce a individuos, ya que también existen realidades que sin llegar a formar individuos, sin embargo poseen dinamismos propios que superan la mera sumatoria de los dinamismos de los individuos que integran el sistema. Los sistemas unitarios se identifican con el concepto clásico de “sustancia”. Por eso, se pasa a explicar lo que es la sustancia y así llegar a concluir que sistemas unitarios y sustancia son la misma cosa. Como afirmaba la filosofía clásica, la sustancia es la base de toda la naturaleza; pero la naturaleza no se reduce a ellas ya que los sistemas no unitarios también son entidades naturales. La conclusión del capítulo es que, por debajo de los accidentes, que son la objeto material de la ccia experimental, debe haber un principio de individualidad, que mantenga unidos, individuados y ordenados todos esos accidentes. A esto no se llega por la razón empírica sino por la inferencia lógica. Con la filosofía se afirma la existencia real de las sustancias y así no se cae en el empirismo que niega la sustancia porque no es comprobable empíricamente (Hume).
El tercer capítulo se focaliza en la sustancia como sujeto de acciones (2ª propiedad o característica de las sustancias). Como se hizo anteriormente, comienza hablando de la experiencia común y científica, de la existencia de procesos en la naturaleza: dinamismos ordenados hacia un fin que producen “cambios” en la naturaleza. El cambio en la naturaleza es otro modo de llegar con la razón filosófica (no empíricamente comprobable) a la necesidad de la existencia de las sustancias. Para que el cambio accidental sea realmente un cambio y no mera apariencia (Parménides) o absoluta discontinuidad antes y después del cambio (Heráclito), por tanto, para que haya continuidad y no mera aniquilación y creación (empirismo de Hume) se necesita un sustrato común en el cambio. Ese sustrato es la sustancia, sujeto del cambio accidental. Lo mismo se verá en el cambio sustancial, cuando lleguemos al último capítulo, a la composición de la sustancia. Para explicar el fenómeno del cambio desde el punto de vista filosófico recurrimos a las categorías de acto y potencia que dan una explicación satisfactoria al “cambio”.
El capítulo IV no lo vimos

En el capítulo V estudia la última composición estructural de los entes naturales. Las entidades naturales unitarias están compuestas de sustancia y accidentes. Y a esto llegamos para explicar la unidad de los accidentes y la continuidad en el cambio accidental. Pero también veíamos que se da una relación entre las estructuras y el dinamismo de los entes naturales y que existe un cambio sustancial. Para explicar satisfactoriamente estas realidades necesitamos afirmar la existencia “real” de una ulterior composición de las sustancias: las entidades naturales unitarias están compuestas de sustancias y accidentes y las sustancias, a su vez, están compuestas de materia y forma. Una vez más, a estas categorías no se llega a través de las ciencias empíricas, sino a través de la razón filosófica, que infiere la necesidad de esta composición para que el cambio sea real y continuo, y se dé un real entrelazamiento entre la estructura y el dinamismo, y no mera apariencia. Así como se requería de la sustancia (materia 2ª) para dar una explicación satisfactoria al cambio accidental, así también se requiere de la materia 1ª para dar una explicación satisfactoria al cambio sustancial. Este capítulo explica la unión sustancial que se da entre la materia 1ª y la forma sustancial en todo ente natural.

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